Dedicatoria...
Ventana mágica, una entrada a un mundo de fantasía que siempre estará abierta, para que en ella vivas los sueños que creas imposibles de lograr.
Mientras creas que el puente más hermoso entre tu mundo y el mio es el arco iris, que el sol sonrie y que en la luna se esconde la hermosa Señora, mientras veas en la cascada la cabellera de la dama y que las nubes son de algodón. Siempre estara viva la ilusión.
Ventana mágica esta dedicada a ese niño especial... a José Manuel a Vanessa Carolina y sobre todo a mis sueños y a esa niña que llevo por dentro.
María Lasalete Marques ®
Sabias qué?
¿La torre Eiffel crece? Sí, es verdad, y la explicación de este fenómeno la encontraremos en la Física. El calor dilata los cuerpos, por lo cual la altura de una construcción de hierro no puede ser la misma a diferentes temperaturas.
Una varilla de hierro de 300 metros de longitud se alarga 3 milímetros cuando se calienta un grado. En igual proporción deberá aumentar la altura de la torre Eiffel cuando su temperatura asciende un grado centígrado.
Cuando hace calor en París, el hierro de la torre se puede calentar hasta 40°C, y en invierno a 0°, e incluso a 10°C bajo 0. Digamos entonces que la temperatura de la torre sufre una variación de 40 o más grados. Esto quiere decir que la altura de la torre Eiffel puede variar en 12 centímetros (porque 3 milímetros multiplicado por 40, que es la variación de temperatura, es igual a 120 milímetros, o sea 12 centímetros).
Las variaciones de altura de de la torre Eiffel fueron apreciadas por medio de un alambre especial de acero niquelado, que tiene la propiedad de variar de longitud apenas se altera la temperatura ambiente. Esta magnífica aleación se conoce con el nombre comercial de "invar" (de las palabras latinas in y variable).
Es decir que los días de calor, la cúspide de la torre Eiffel se eleva sobre su altura de los días fríos.
Fuente: www.eltercertiempo.com.ar
Quien cuando niño, no tejió universos de cristal, miro las nubes como algodones en el cielo, al sol le dibujo una amplia sonrisa, no le puso alas al corazón. Como si fuera una mariposa que aletea, en cada amapola del jardín. Se maravillo de las crisálidas que aspiran abrir sus alas y volar al cielo.
Quien al mirar a un niño, no recuerda su corazón inquieto ante el primer día de clase, sintiendo su corazón volar cuando sale al patio del recreo, y tras la columna comienza a mirar aquella princesa, o príncipe a la que quiere dar su primer piquito, o tomarle de la mano.
El Amor va floreciendo en el corazón de cada ser, desde que nace hasta el instante mismo dónde sus ojos cierran.
Ventana Mágica, es tuya y mía, sin dejar de ser la ventana de ellos, por la cual deseo que miren cada mañana y que pinten sus sueños de lo posible.
Pues cuando muera en el adulto el niño interior, la vida tan sólo no tendrá sentido, ni razón de existir.
En esta ventana despierta, al asomomarse a ella el mundo capaz en que ambos podemos estar sobre ella, como si en un diálogo nos dijéramos de sueños anhelados.
Y así cual dos enamorados, amar la vida que se transforma en el marco de madera dónde podemos transitar libremente de la fantasía a lo que llamamos realidad.
Yo diseño sueños, de ti quiero las acuarelas, de sus manos pretendo la inocencia de pintar el sol de azul y las nubes de amarillo.
Mientras tú y yo vemos un enorme misterio en el Amor, para ellos el amor es la parte vital de su esencia.
Una ventana para soñar, un arco iris como puente entre mi mundo y el tuyo, manantiales que brotan de los girasoles, campanas que suenan, árboles que extienden sus brazos para acariciarnos bajo su sombra, y desprenden sus raíces convirtiéndolas en pies, para correr junto a mi.
Lluvia cual manantial de cielo que se une jubilosa en una danza recostándose en forma de rio, deja que mis estrellas bailen en estas páginas, dándole color a los días en mi lienzo de la noche.
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