Dedicatoria...
Ventana mágica, una entrada a un mundo de fantasía que siempre estará abierta, para que en ella vivas los sueños que creas imposibles de lograr.
Mientras creas que el puente más hermoso entre tu mundo y el mio es el arco iris, que el sol sonrie y que en la luna se esconde la hermosa Señora, mientras veas en la cascada la cabellera de la dama y que las nubes son de algodón. Siempre estara viva la ilusión.
Ventana mágica esta dedicada a ese niño especial... a José Manuel a Vanessa Carolina y sobre todo a mis sueños y a esa niña que llevo por dentro.
María Lasalete Marques ®
El misterio de la Gota redonda
Los físicos afirman: una gota de un líquido que fluctúa en otro líquido, toma la forma esférica. Si queremos convencernos de esta verdad, podemos hacerlo con un sencillo experimento.
Llenamos un vaso con agua y dejamos caer en él una gota de aceite. Resulta que el aceite, aunque no lo parezca, es más ligero que el agua, y por serlo, flota sin hundirse. Y al flotar, se esparce.
Así, la gota de aceite sobre el agua se convierte en un círculo de aceite.
Si en lugar de agua ponemos alcohol en el vaso, la gota de aceite baja hasta el fondo. Porque el aceite es más pesado que el alcohol. Y la gota de aceite se aplasta en el fondo.
Pero si mezclamos en las debidas proporciones el agua y el alcohol, la mezcla queda equilibrada en peso con el aceite. Es decir, se obtiene un líquido tan pesado como el aceite, ni más ni menos.
Entonces, si echamos la gota de aceite en esta mezcla, ni queda en la superficie ni baja hasta el fondo. Queda como suspendida fluctuando en medio del otro líquido. Entonces toma la forma verdaderamente esférica, como una bolita de aceite.
Lo único difícil es que la mezcla y el aceite estén equilibrados en peso.
Nunca lo están al primer intento. Si se ve que el aceite sigue flotando, se añade más alcohol; si se ve que sigue hundiéndose, se añade más agua.
Y así hasta que, equilibrados los pesos, la gota de aceite se mantiene en suspensión en el líquido, convertida como en una reluciente bolita de color amarillo verdoso.
Fuente: http://www.eltercertiempo.com.ar
Quien cuando niño, no tejió universos de cristal, miro las nubes como algodones en el cielo, al sol le dibujo una amplia sonrisa, no le puso alas al corazón. Como si fuera una mariposa que aletea, en cada amapola del jardín. Se maravillo de las crisálidas que aspiran abrir sus alas y volar al cielo.
Quien al mirar a un niño, no recuerda su corazón inquieto ante el primer día de clase, sintiendo su corazón volar cuando sale al patio del recreo, y tras la columna comienza a mirar aquella princesa, o príncipe a la que quiere dar su primer piquito, o tomarle de la mano.
El Amor va floreciendo en el corazón de cada ser, desde que nace hasta el instante mismo dónde sus ojos cierran.
Ventana Mágica, es tuya y mía, sin dejar de ser la ventana de ellos, por la cual deseo que miren cada mañana y que pinten sus sueños de lo posible.
Pues cuando muera en el adulto el niño interior, la vida tan sólo no tendrá sentido, ni razón de existir.
En esta ventana despierta, al asomomarse a ella el mundo capaz en que ambos podemos estar sobre ella, como si en un diálogo nos dijéramos de sueños anhelados.
Y así cual dos enamorados, amar la vida que se transforma en el marco de madera dónde podemos transitar libremente de la fantasía a lo que llamamos realidad.
Yo diseño sueños, de ti quiero las acuarelas, de sus manos pretendo la inocencia de pintar el sol de azul y las nubes de amarillo.
Mientras tú y yo vemos un enorme misterio en el Amor, para ellos el amor es la parte vital de su esencia.
Una ventana para soñar, un arco iris como puente entre mi mundo y el tuyo, manantiales que brotan de los girasoles, campanas que suenan, árboles que extienden sus brazos para acariciarnos bajo su sombra, y desprenden sus raíces convirtiéndolas en pies, para correr junto a mi.
Lluvia cual manantial de cielo que se une jubilosa en una danza recostándose en forma de rio, deja que mis estrellas bailen en estas páginas, dándole color a los días en mi lienzo de la noche.
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