Dedicatoria...

Ventana mágica, una entrada a un mundo de fantasía que siempre estará abierta, para que en ella vivas los sueños que creas imposibles de lograr.
Mientras creas que el puente más hermoso entre tu mundo y el mio es el arco iris, que el sol sonrie y que en la luna se esconde la hermosa Señora, mientras veas en la cascada la cabellera de la dama y que las nubes son de algodón. Siempre estara viva la ilusión.
Ventana mágica esta dedicada a ese niño especial... a José Manuel a Vanessa Carolina y sobre todo a mis sueños y a esa niña que llevo por dentro.
María Lasalete Marques ®

jueves, 31 de julio de 2008


Los amigos son flores en nuestro Jardín.

En ese mundo, que sólo tu puedes revivir
en la inocencia que llevas en el alma
dejame saber de ti y de tus sueños
escribeme historias que sólo tu sabes contar
con los colores que inventas en cada despertar
de los globos que conviertes en mariposas
de mil nubes convertidas, en motas de algodón.

Cuentame las historias que en el alma esbozas
dime de tus deseos, de tus juegos.
De esa cometa que vuelas en el cielo
de esas farolas que enciendes en las noches oscuras
Llename de esas ganas de correr el universo
de abrir la esperanza que he muerto yo en mis sueños

Llename de tu inocencia y cuentame de tí
Dejamé en tu mirada despertar ese niño que llevo dentro.

sábado, 26 de julio de 2008

Holanda

Alrededor del Mundo

Creo que unas vacaciones, es un periodo bien merecido, un detenerse para mirar otros horizontes.
Nuevas formas de vivir la vida, de compartir nuevos sueños,
mirar los ojos de otras esencias y sentir los afectos en cada amanecer.
Cada horizonte es una forma diferente de ser de estar
y seguir siendo nosotros mismos, creo que esa es la magia de la Universalidad.
Este es mi compartir, dejarles un horizonte donde los sueños dan inicio,
donde la vida resurge y vivir ese contacto con la Naturaleza,
nos hace sentir dóciles ante tanta belleza.


El Roce del Amor, no dejas de estar presente
en cada una de las formas posibles de sentirlo y de plasmarlos.
Solo silencia sus letras, sus murmullos en una brecha del tiempo
donde el crecer esta presente.
Sin dejar de sentir la ausencia de los que dejo en el Hogar.

miércoles, 16 de julio de 2008

Amistad...


domingo, 13 de julio de 2008

El sabio de la isla...

Había una vez un rey en una remota isla. Dicho rey aburrido por todo lo que veía y todo lo que hacía y que ya no encontraba gracia a nada, decidió hacer una visita a la isla vecina donde habitaba un gran sabio que de todo te daba razón y esto le llamo mucho, que ni tarde ni perezoso salió en su busca.

Fueron varios los días de viaje, tan cansados que el rey durmió todo el viaje soñando y pensando con encontrar las respuestas más sinceras y seguras del mundo, las respuestas de cómo ser mas alegre, divertido y sobre todo ser mejor gobernante cada día.

Así pasaron los días y este rey pensando de todo; le pregunta a su capitán que cuando arribarían a la otra isla y este le contestó que ya estaban en las orillas de la famosa isla del sabio, el rey se alegró tanto que tan pronto encallaron bajo y corrió por el puerto preguntando por el sabio tan famoso que tantas cosas había escuchado de él.

Se encuentra con un anciano de ropas rasgadas y de aspecto muy humilde y le dice: “oye tú, mendigo, donde esta el sabio que habita esta isla”.
El anciano contesta “no lo sé todo mundo viene preguntando por ése sabio y en esta isla hay tan solo unas cuantas gentes como yo”.

Él rey le dice: “¿cómo? ¿Qué no hay ningún sabio en esta isla?”, el anciano le vuelve a contestar: “no, no hay ningún sabio que yo sepa, ¿bueno para que quiere ver a ese sabio?”, le cuestiona el anciano.
El rey molesto replicó: “para que me diga el secreto de cómo ser más feliz, como ser mejor gobernante y todo lo bueno de la vida”.

Entonces el anciano le dice “pregúntame a mí, que yo te ayudaré”, a lo que el rey se ríe con tremenda carcajada y de pronto se queda serio, y le dice:
“¿tú un anciano mal vestido y por lo que veo, mucho muy ignorante me vas ha decir lo que solo un sabio me puede decir?”.

Él anciano le contesta: “No necesito traer ropas lujosas como tú, ni necesito riquezas o tropas para ser sabio, lo único que yo necesito es mí cabeza y mí paciencia.
Tú, rey de la isla vecina, me preguntaste por un sabio y aquí no lo hay. Han venido cientos de reyes y demás gobernantes a buscarlo y no lo han encontrado.
Sólo han hablado conmigo. Tan pronto terminan de hablar conmigo se retiran riéndose y diciendo que viajaron tanto que tuvieron tiempo para pensar muchas formas de solucionar sus problemas y que yo termine dándoles la llave para ser mejores, pero ¿no se porque?”.
Termina diciéndole el viejo al rey.
El rey se da la media vuelta y se dirige pensativo hacia su barco pero tan pronto da unos pasos se voltea hacia el anciano y le dice:
“Gracias famoso sabio de la isla, me haz dado la llave de cómo ser mejor gobernante, de cómo ser mas divertido, de cómo tener más paciencia.
Me haz enseñado que primero me debo de encontrarme a mí mismo con mis pensamientos, con mis actos y mis deseos, sólo así seré mejor. Gracias, famoso sabio de la isla vecina”.

El anciano, atónito se rasca la cabeza y se dice a sí mismo: “Por eso no salgo de esta isla, afuera todos deben de estar locos, con eso de estar pensando como ser mejores y aliviar sus penas.
No, no, no, yo estoy mejor aquí con mi ignorancia y mi humilde persona, lo único que hago es escuchar a toda esa gente que viene y preguntarles. Solo por eso me dicen sabio”.

Caperucita Roja




Había una vez una niñita en un pueblo, la más bonita que jamás se hubiera visto; su madre estaba enloquecida con ella y su abuela mucho más todavía. Esta buena mujer le había mandado hacer una caperucita roja y le sentaba tanto que todos la llamaban Caperucita Roja.
Un día su madre, habiendo cocinado unas tortas, le dijo.
—Anda a ver cómo está tu abuela, pues me dicen que ha estado enferma; llévale una torta y este tarrito de mantequilla.Caperucita Roja partió en seguida a ver a su abuela que vivía en otro pueblo. Al pasar por un bosque, se encontró con el compadre lobo, que tuvo muchas ganas de comérsela, pero no se atrevió porque unos leñadores andaban por ahí cerca. Él le preguntó a dónde iba. La pobre niña, que no sabía que era peligroso detenerse a hablar con un lobo, le dijo:—Voy a ver a mi abuela, y le llevo una torta y un tarrito de mantequilla que mi madre le envía.—¿Vive muy lejos?,
le dijo el lobo.
—¡Oh, sí!, dijo Caperucita Roja, más allá del molino que se ve allá lejos, en la primera casita del pueblo.
—Pues bien, dijo el lobo, yo también quiero ir a verla; yo iré por este camino, y tú por aquél, y veremos quién llega primero.
El lobo partió corriendo a toda velocidad por el camino que era más corto y la niña se fue por el más largo entreteniéndose en coger avellanas, en correr tras las mariposas y en hacer ramos con las florecillas que encontraba. Poco tardó el lobo en llegar a casa de la abuela; golpea: Toc, toc.
—¿Quién es?
—Es su nieta, Caperucita Roja, dijo el lobo, disfrazando la voz, le traigo una torta y un tarrito de mantequilla que mi madre le envía.La cándida abuela, que estaba en cama porque no se sentía bien, le gritó:
—Tira la aldaba y el cerrojo caerá.
El lobo tiró la aldaba, y la puerta se abrió. Se abalanzó sobre la buena mujer y la devoró en un santiamén, pues hacía más de tres días que no comía.
En seguida cerró la puerta y fue a acostarse en el lecho de la abuela, esperando a Caperucita Roja quien, un rato después, llegó a golpear la puerta: Toc, toc.
—¿Quién es?
Caperucita Roja, al oír la ronca voz del lobo, primero se asustó, pero creyendo que su abuela estaba resfriada, contestó:
—Es su nieta, Caperucita Roja, le traigo una torta y un tarrito de mantequilla que mi madre le envía.El lobo le gritó, suavizando un poco la voz:
—Tira la aldaba y el cerrojo caerá.Caperucita Roja tiró la aldaba y la puerta se abrió. Viéndola entrar, el lobo le dijo, mientras se escondía en la cama bajo la frazada:
—Deja la torta y el tarrito de mantequilla en la repisa y ven a acostarte conmigo.Caperucita Roja se desviste y se mete a la cama y quedó muy asombrada al ver la forma de su abuela en camisa de dormir.
Ella le dijo:
—Abuela, ¡qué brazos tan grandes tienes!
—Es para abrazarte mejor, hija mía.
—Abuela, ¡qué piernas tan grandes tiene!
—Es para correr mejor, hija mía.Abuela, ¡qué orejas tan grandes tiene!
—Es para oír mejor, hija mía.
—Abuela, ¡que ojos tan grandes tiene!
—Es para ver mejor, hija mía.
—Abuela, ¡qué dientes tan grandes tiene!
—¡Para comerte mejor!
Y diciendo estas palabras, este lobo malo se abalanzó sobre Caperucita Roja y se la comió.
MORALEJA
Aquí vemos que la adolescencia, en especial las señoritas, bien hechas, amables y bonitas no deben a cualquiera oír con complacencia, y no resulta causa de extrañeza ver que muchas del lobo son la presa.
Y digo el lobo, pues bajo su envoltura no todos son de igual calaña:
Los hay con no poca maña, silenciosos, sin odio ni amargura, que en secreto, pacientes, con dulzura van a la siga de las damiselas hasta las casas y en las callejuelas; más, bien sabemos que los zalameros entre todos los lobos ¡ay! son los más fieros.

CHARLES PERRAULT(FRANCIA, 1628-1703)

Post tomado en su totalidad de


más que deseo compartir en mi Ventana.

Orgullosa de Ser Venezolana...Tierra de Gracia y Bendecida por Dios.

Quien cuando niño, no tejió universos de cristal, miro las nubes como algodones en el cielo, al sol le dibujo una amplia sonrisa, no le puso alas al corazón.

Como si fuera una mariposa que aletea, en cada amapola del jardín. Se maravillo de las crisálidas que aspiran abrir sus alas y volar al cielo.

Quien al mirar a un niño, no recuerda su corazón inquieto ante el primer día de clase, sintiendo su corazón volar cuando sale al patio del recreo, y tras la columna comienza a mirar aquella princesa, o príncipe a la que quiere dar su primer piquito, o tomarle de la mano.

El Amor va floreciendo en el corazón de cada ser, desde que nace hasta el instante mismo dónde sus ojos cierran.

Ventana Mágica, es tuya y mía, sin dejar de ser la ventana de ellos, por la cual deseo que miren cada mañana y que pinten sus sueños de lo posible.

Pues cuando muera en el adulto el niño interior, la vida tan sólo no tendrá sentido, ni razón de existir.

En esta ventana despierta, al asomomarse a ella el mundo capaz en que ambos podemos estar sobre ella, como si en un diálogo nos dijéramos de sueños anhelados.

Y así cual dos enamorados, amar la vida que se transforma en el marco de madera dónde podemos transitar libremente de la fantasía a lo que llamamos realidad.

Yo diseño sueños, de ti quiero las acuarelas, de sus manos pretendo la inocencia de pintar el sol de azul y las nubes de amarillo.

Mientras tú y yo vemos un enorme misterio en el Amor, para ellos el amor es la parte vital de su esencia.

Una ventana para soñar, un arco iris como puente entre mi mundo y el tuyo, manantiales que brotan de los girasoles, campanas que suenan, árboles que extienden sus brazos para acariciarnos bajo su sombra, y desprenden sus raíces convirtiéndolas en pies, para correr junto a mi.

Lluvia cual manantial de cielo que se une jubilosa en una danza recostándose en forma de rio, deja que mis estrellas bailen en estas páginas, dándole color a los días en mi lienzo de la noche.