Dedicatoria...

Ventana mágica, una entrada a un mundo de fantasía que siempre estará abierta, para que en ella vivas los sueños que creas imposibles de lograr.
Mientras creas que el puente más hermoso entre tu mundo y el mio es el arco iris, que el sol sonrie y que en la luna se esconde la hermosa Señora, mientras veas en la cascada la cabellera de la dama y que las nubes son de algodón. Siempre estara viva la ilusión.
Ventana mágica esta dedicada a ese niño especial... a José Manuel a Vanessa Carolina y sobre todo a mis sueños y a esa niña que llevo por dentro.
María Lasalete Marques ®

lunes, 23 de junio de 2008

No es regaño...Es lección aprendida. ®


No iniciare nada con había una vez….sino más bien hoy, ahora.
Pues quiero hablar de misia Jacinta, una Señora muy regañona que conocí cuando fui a pasarme unos días a casa de Marilú.
Nunca oí tantas advertencias juntas, y eso que mi madre dice que somos tremendos, y mi maestra opina igual. Y yo me quejo que son regañonas...."Pues ahora me parecieron dóciles".

En fin Misia Jacinta todo el día no tenía más que una partitura, que ya más bien parecía disco rayado. ¡Niños no hagan eso!, ¡No se monten en el árbol de mangos!, ¡no jueguen a pelota!, ¡paren de gritar, de correr, están sudados así no entran a comer!, ¡no jueguen con la tierra!; ¡No vean tanta televisión, no jueguen con eso. Cuidado que lo parten!

A los dos días de haber llegado a cada de mi amiga, ya tenía deseos de írmeeeeeeeeeeee lejos, pues lo que en un instante me pareció sería divertido, comenzaba a ponerme de puntas mis cabellos.

Como extrañaba a mi Mamá. Esa hermosa mañana, me desperté primero que nadie, me encontraba sentada en el escalón principal de la casa, muy hermosa por cierto, llena de cocoteros un paisaje hermoso ese azul del cielo y ese olor a mar tan de la costa.
Deleitándome con esa música que emite el mar en su oleaje, que me extraño no oír la voz de misia Jacinta. Seguro que aún dormía.

Paseaba el SR Jerónimo por la acera, con la mirada profunda, detrás le seguía Potti su perro fiel, siempre a su lado, no necesitaba correa, creo que así desearía Doña Jacinta que fueran sus hijos.

Lo mire, el con su mano derecha tomo su sombrero de paja, se lo retiro suavemente de la cabeza, lo llevo al pecho y me saludo cortésmente, me llamo la atención su caballerosidad.

- Buenos días hermosa princesa!

Le respondí con una sonrisa y mirada brillante, pues jamás alguien me saludo con tanta hermosura.

- Buenos días Señor, como amaneció….veo que Potti le sigue siempre.

A lo que me respondió con sus ojos como llorosos

- ¡Sí hermosa Princesa, de hecho se ha convertido con los años en mi única familia!

Sin más iniciamos un diálogo muy interesante, al menos para mí…. Me dijo entonces mientras con la vara le indicó a Potti caminar libremente.

- ¿Puedo sentarme a su lado mi hermosa princesa, mientras Potti huele sosegado?

Me corrí algo, para que él se sentára a mi lado, pues yo estaba justo en el medio, por lo que le sería incómodo sentarse comodamente. Y así comenzamos un diálogo, y el conocer algo más a la gente de este lugar.
El Sr. Jerónimo se conocía a todo el mundo en la Costa de Chirumen, parecía el registro civil, y yo ni corta ni perezosa, le pregunte porque Misia Jacinta era tan amargada.

El me replicó:

- No mi hermosa princesa, sólo es muy precavida, creo que la vida le ha dado la razón para cuidar de esa manera a sus hijos, a sus dos nietos.

A lo que con premura replique:

- Pero Sr, Jerónimo ni tan calvo ni con dos pelucas, ella se la pasa en una pura regañadura. Los niños no pueden vivir así entre tantas órdenes, pareciera más bien que están en el ejército y ella les lee el manual y la cartilla.

Se saco el sombrero y lo colocó sobre su rodilla derecha, y soltó una carcajada…me ocasiono risa también.
Me toco la cabeza con su mano temblorosa y me dijo te contaré algo antes que te llamen para desayunar, pues veo que fuiste la primera en despertarte esta mañana que será hermosa.

- Misia Jacinta cuando joven, bella princesa así como tú, era una niña muy intranquila, juguetona de curiosidad a flor de piel.
Era la mayor de 4 hermanos. Su padre un hombre muy sano y trabajador, salía a la mar a ganarse la vida.
Su Madre siempre se iva desde temprano al embarcadero a esperar por los barcos que venían con la pesca, para ser vendida más tarde en el mercado.
Misia Jacinta era la responsable de cuidar a los pequeños, y como intranquila siempre inventaba algo involucrando a sus hermanos menores.
Le gustaba soltarse de la mano de su mamá, subirse a cualquier cocotero para tirarle cocos a sus hermanos.
Era difícil que ella escuchara a alguien, estaba siempre como a mil kilómetros de distancia.
Pero llevaba en su espalda la gran responsabilidad de cuidar de sus hermanos. Así que aunque ella fuera muy tremenda, debía estar pendiente de ellos.
En esos juegos que inventaba una tarde su Papá algo cansado le regaño pues como una gatita subía al tejado para lanzar piedras a las gaviotas, y por supuesto sus hermanos la imitaban.

Aquella historia me estaba gustando, ¡pues mírame a la Misia Jacinta dándoselas de santa y cuanto dolor de cabeza les hizo pasar a sus Padres!. Pero con atención total oía al Sr. Jerónimo y iba memorizando cada evento, pues luego tendría que contar a los muchachos.

- Esa tarde su Padre se acostó en el chinchorro pues estaba cansado, Jacinta seguía inventando, y sus hermanos uno a uno se fueron trepando al techo, Luisito era el menor de todos, el temeroso le dijo a ella que no podía. Y ella como no sabía el significado del miedo, le dijo.

Muchacho gallina, si eres cobarde. Así que el temeroso y todo intento subirse hasta que lo logro, su emoción fue inmensa al haber logrado la pirueta de su hermana.
Pero piso una de las tejas mal, cayo al patio y golpeándose la cabeza con una piedra, murió en el acto.
Así que misia Jacinta además de su dolor, cargo con la culpa de haber ocasionado ese lamentable incidente.
Su Madre de tristeza se murió a los pocos meses, su padre dejo de ir a la mar, y siempre que la miraba de recordaba la terrible perdida.

Mis ojos explotaron en lágrimas, y el corazón sentí que se me puso chiquito, ahora entendía la sobreprotección que ella mantenía sobre sus hijos.

Como no ser así, si ella llevaba en el alma el dolor de sentirse responsable de la muerte de su hermano.

El sr. Jerónimo me abrazo y me replico:

- Entiendes ahora el porque de tantos cuidados.

A lo que asenté con la cabeza, pues no lograba decir palabra. Entonces aprendí de la boca de ese viejo hermoso, algo que jamás olvidaré.

Entender a nuestros Padres es el principio de comprender el porque muchas veces nos advierten las cosas.
Ellos han vivido situaciones muy similares en épocas diferentes es cierto, pero en muchas de ellas saben de las consecuencias que pueden acarrearnos algunos comportamientos, conocen pues han experimentado el valor de las cosas.
Ellos al igual que nosotros han vivido experiencias similares y tratan de ahorrarnos disgustos, por eso sus devotas advertencias… Aunque en ocasiones se olviden de que sólo aprenderemos entre errores y aciertos.

Así que más que burla la próxima vez que oiga a Misia Jacinta entenderé sus razones y hoy con la mirada brillante al escuchar al Sr. Jerónimo aprendí algo:

Nuestros Padres, Maestros, Abuelos, aunque vivieron en épocas diferentes, su camino desde la niñez, hacia la adolescencia y adultez, es el mismo desde hace cientos de años. La experiencia no se compra en la esquina.
Ni viene en enciclopedias, ni manuales así que sólo se aprende a escucharlos y absorber su sabiduría. Nos ahorrará muchos dolores de cabeza.
Y seguro cuando llegue a casa no me olvidaré de abrazarlos y agradecerles tantos regaños, pues de aquí en adelante los tomaré como sabios consejos.

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Orgullosa de Ser Venezolana...Tierra de Gracia y Bendecida por Dios.

Quien cuando niño, no tejió universos de cristal, miro las nubes como algodones en el cielo, al sol le dibujo una amplia sonrisa, no le puso alas al corazón.

Como si fuera una mariposa que aletea, en cada amapola del jardín. Se maravillo de las crisálidas que aspiran abrir sus alas y volar al cielo.

Quien al mirar a un niño, no recuerda su corazón inquieto ante el primer día de clase, sintiendo su corazón volar cuando sale al patio del recreo, y tras la columna comienza a mirar aquella princesa, o príncipe a la que quiere dar su primer piquito, o tomarle de la mano.

El Amor va floreciendo en el corazón de cada ser, desde que nace hasta el instante mismo dónde sus ojos cierran.

Ventana Mágica, es tuya y mía, sin dejar de ser la ventana de ellos, por la cual deseo que miren cada mañana y que pinten sus sueños de lo posible.

Pues cuando muera en el adulto el niño interior, la vida tan sólo no tendrá sentido, ni razón de existir.

En esta ventana despierta, al asomomarse a ella el mundo capaz en que ambos podemos estar sobre ella, como si en un diálogo nos dijéramos de sueños anhelados.

Y así cual dos enamorados, amar la vida que se transforma en el marco de madera dónde podemos transitar libremente de la fantasía a lo que llamamos realidad.

Yo diseño sueños, de ti quiero las acuarelas, de sus manos pretendo la inocencia de pintar el sol de azul y las nubes de amarillo.

Mientras tú y yo vemos un enorme misterio en el Amor, para ellos el amor es la parte vital de su esencia.

Una ventana para soñar, un arco iris como puente entre mi mundo y el tuyo, manantiales que brotan de los girasoles, campanas que suenan, árboles que extienden sus brazos para acariciarnos bajo su sombra, y desprenden sus raíces convirtiéndolas en pies, para correr junto a mi.

Lluvia cual manantial de cielo que se une jubilosa en una danza recostándose en forma de rio, deja que mis estrellas bailen en estas páginas, dándole color a los días en mi lienzo de la noche.